PALABRAS DEL PASTOR

Palabras del Pastor - Mons. Richard Daniel - III Domingo del Tiempo Ordinario

24 Enero,2021

Muy queridos hermanos y hermanas después del bautismo de Jesús hemos iniciado un nuevo tiempo litúrgico que se llama, Tiempo Ordinario y vamos a acompañar a Jesús en su vida pública, el domingo pasado, encontramos a Jesús reunido con sus primeros discípulos y el tema para reflexionar sobre este pasaje del Evangelio de San Juan es, el seguimiento a Jesús.

Estamos en el Año Misionero de la Iniciación a la Vida Cristiana y todos los textos que vamos a reflexionar durante este año, vamos a relacionarlo con la vida cristiana, esa vida que Jesucristo nos ha regalado después de su muerte y resurrección a través de esa vida nueva que Él ha logrado conseguir y nos ha dado a través del Bautismo, esa vida nueva; por ello, el domingo pasado nos hacía recordar que la vida cristiana, parte de un seguir a Jesús.

No puede haber vida cristiana sin conocer,  sin escuchar, sin seguir a Jesús; el cristiano es un seguidor de Jesús, entonces el seguimiento de Jesús, es el amor y la respuesta  a Jesús viene a ser como el tronco de la vida cristiana y el cual siempre debemos de recordar, soy católico, soy cristiano, soy seguidor de Cristo  pero ¿por qué soy seguidor de Cristo? porque Él me ha llamado y yo he respondido y estoy siguiendo su camino, seguir su camino es escuchar a Jesús y poner en práctica sus enseñanzas, por eso,  la vida cristiana empieza con ese seguimiento a Jesús.

No puede haber vida cristiana sin seguimiento a Jesús, eso es lo más importante que nos ha hecho reflexionar la Palabra de Dios el domingo pasado, ahora vamos a continuar este caminar junto a Jesús en su vida pública y vamos a tomar como seguimiento el Evangelio de Marcos, todos sabemos que  Marcos ha escrito el primer Evangelio histórico, es el primero que redacta por escrito los hechos, las palabras y las acciones de Jesús, entonces es un Evangelio muy rico, porque ahí esta plasmado el programa de la vida cristiana, de los seguidores de Jesús.

Entonces pasamos a lo que nos enseña el texto tomado del Evangelio de Marcos para esta semana, Jesús nos habla de la conversión, el texto nos dice ¿qué es lo que primero hizo Jesús después de su bautismo y del triunfo que tuvo frente al demonio en el desierto?, Él comienza su misión de Mesías y lo primero que hace es llamar a la conversión, dice Jesús: conviértanse, cambien de vida,  porque el Reino de Dios ya está entre nosotros, entonces invita al camino de la conversión a ese cambio de mentalidad, a ese cambio del corazón.

Hay que tener en cuenta que en el tiempo de Jesús ya Juan el Bautista había preparado al pueblo para su encuentro con el Mesías y los había preparado precisamente llamándolos a un cambio de vida, a una conversión, a un arrepentimiento de sus pecados, Jesús retoma este texto para hacer comprender que la vida cristiana no tiene sentido si no hay una actitud de conversión.

El segundo paso para tener una auténtica vida cristiana, es entrar en la dinámica de la conversión y la conversión es el cambio de mentalidad, para ajustarla al pensamiento de Jesús y es el cambio de corazón para vivir según las enseñanzas de Jesús. Que importante hoy en estos tiempos que estamos viviendo, en medio de tantas dificultades, estamos viendo como la sociedad va entrando en una especie de libertinaje, cada cual quiere hacer lo que quiere, no se preocupa por el bien de los demás, no quiere someterse a reglas y normal sociales, entonces hay como una especie de caos y todos quieren seguir siendo lo mismo, nadie quiere cambiar, eso lo hemos visto con lo la pandemia y más aún,  ahora que se nos viene la segunda ola?, porque no somos responsables, ni somos conscientes.

Jesús toca el punto fundamental de ser cristiano: la conversión, si uno no cambia sus actitudes, entonces seguirá siendo el mismo y el mundo seguirá siendo lo mismo; la vida cristiana viene a ser entonces una respuesta a este mundo que está cambiando de rumbo y se está yendo por otro camino,  Jesús nos invita a volver a encontrar otra vez el camino y Él siempre nos pide la conversión, para vivir  una vida en paz, una vida tranquila, para vivir una vida con la conciencia tranquila frente a Dios y haciendo el bien a nuestro prójimo.

Entonces tenemos dos elementos fundamentales para reflexionar: vida cristiana y seguimiento de Jesús, vida cristiana y conversión; esto es muy importante en nuestra vida personal, en nuestra vida familiar, en nuestra vida social y en nuestra vida eclesial.

Esta semana pregúntate ¿qué tengo yo?, ¿qué me falta todavía convertir en mi corazón, y en mi pensamiento, al seguimiento de Jesús?  que Él te colme de muchas bendiciones, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

 
+ Richard Daniel Alarcón Urrutia
Arzobispo Metropolitano del Cusco.