PALABRAS DEL PASTOR

Palabras del Pastor - Mons. Richard Daniel - Tercer Domingo de Pascua

18 Abril,2021

San Lucas 24,35-48.
 
Muy queridos hermanos y hermanas, en este “Año Misionero de la Iniciación a la Vida Cristiana” y bajo el patrocinio de San José les hago llegar mi cordial saludo a todos y cada uno de ustedes.
Estamos ya en el tercer domingo del tiempo de la Pascua y hablar de la Pascua es hablar de la presencia de Jesús que vive resucitado en medio de la iglesia, Él nos acompaña desde el momento en que derrotó a la muerte y salió triunfante de la tumba y, desde ese día, vive en la iglesia, acompaña a la iglesia; por eso cuando visites un templo vas a poner tu mirada en la figura del cirio pascual, este cirio encendido que representa a Jesús resucitado en medio de su comunidad, de su familia, de la iglesia.

El domingo pasado estábamos reflexionando sobre la aparición de Jesús relatada por el evangelista Juan, él ha tenido la experiencia personal de ver a Jesús resucitado y junto con los demás apóstoles tener esa experiencia de volver a escuchar a Jesús, de escuchar sus palabras y diríamos, el domingo pasado, la aparición de la paz y la aparición de la fe, donde Jesús transmite la paz a sus discípulos y los hace instrumentos de la paz para poder construir un mundo de paz y también los llama a la fe.

Dichosos todos aquellos que crean en mí sin necesidad de haberme visto como sucedió con el caso del apóstol Tomás que era incrédulo, por eso el domingo pasado era el domingo de la paz y de la fe; y ¿Cuál era nuestra actitud?, nosotros tenemos también que renovar ese compromiso por construir la paz que es el signo y fruto de la resurrección de Jesús. La paz en tu vida, en tu familia, en la iglesia y la paz social; creo que todos debemos dar un granito de arena para construir este signo del reino de Dios y fortalecer nuestra fe cada año. Casualmente para eso es el tiempo de la pascua, para poder fortalecer nuestra fe.

En los tiempos de Jesús, cuando murió el Señor, los discípulos estaban desanimados y cuando vieron el entorno tan difícil, porque habían persecuciones a los cristianos, los llevaban a la muerte, los acusaban, los perseguían, los calumniaban; en medio de todo ese ambiente, ellos tenían que renovar su fe de que Jesús estaba a su lado.

Hoy estamos viviendo momentos difíciles, estamos en medio de esta pandemia, tenemos tantos problemas con relación a la salud, a la economía y al orden social. Mis hermanos, estamos en una situación muy difícil, pero si Jesús está con nosotros esta situación es llevadera y él nos puede ayudar a comprender y encontrar lo que tenemos que hacer, nuestro papel es sembrar la semilla de la paz desde dentro de la sociedad y cada uno debe ser portador de esta presencia de Cristo resucitado; por eso, a nivel de la Conferencia Episcopal Peruana, se está llevando esta hermosa campaña “Resucita Perú Ahora”, y tenemos todos que colaborar ahí donde hay ambientes de muerte, de desánimo y poder decir levántate, camina, resucita; hay que mirar la vida y no dejarnos llevar por esa tentación hacia la muerte, hacia la desesperación.

El evangelio para esta semana nos presenta otra aparición de Jesús, ya no narrada por Juan como se escuchaba el domingo pasado, ahora está narrada por Lucas, quien no fue testigo de la resurrección pero fue discípulo de los testigos de la resurrección de Jesús, entonces él ha escuchado y da testimonio de lo que han experimentado los apóstoles, la aparición de Jesús, y esta aparición está continuando la experiencia de los discípulos, pues ellos han regresado a contar que Jesús está en camino, que se les había cruzado y que iluminó su mente para poder comprender que había muerto; lo reconocieron al partir el pan, están conversando sobre esto y viene la aparición del Señor. En la primera parte del evangelio Jesús les demuestra y comprueba que no es un fantasma, que es una persona real y les hace tocar sus manos, les hace tocar su llaga, inclusive ante la incredulidad se sienta y come con ellos y esas son señales de su presencia viva. En la segunda parte les abre la mente para que puedan comprender por qué tenía que morir Jesús de esa manera.

Ante la muerte de Jesús había muchas opiniones, pero Jesús les dice “todo tenía que cumplirse según las escrituras”, todo lo que pasó desde la última cena hasta el sepulcro de Jesús estaba ya profetizado por los libros del antiguo testamento y Jesús, como buen siervo obediente y fiel a su padre, ha cumplido con todo lo que estaba ya establecido en las profecías, y les abre la mente para poder entender las escrituras. Estos dos fundamentos, la presencia viva de Jesús y segundo, la palabra de Dios, nos dan el fundamento para poder creer en ese Cristo resucitado, pues ahora más que nunca necesitamos tener una experiencia personal de Jesús resucitado.

Querido hermano y hermana, esta semana reflexiona, pídele al Señor que te abra la mente para poder comprender la grandeza de su presencia viva y resucitada en tu vida, en tu familia y en la iglesia; que el Señor te acompañe en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
+ Richard Daniel Alarcón Urrutia
Arzobispo Metropolitano del Cusco.