Palabras del Pastor - Mons. Richard Daniel Alarcón - III domingo del Tiempo de Cuaresma
15 Marzo,2020
Muy queridos hermanos y hermanas entramos ya a la tercera semana del Tiempo de la Cuaresma y no olvidemos que estamos en el Año Misionero de la Familia, “Somos familia camino de Santidad”. Aprovechando este tiempo de cuaresma para buscar la conversión familiar tan necesaria para conseguir la santidad de nuestras familias.
La Palabra de Dios este domingo nos coloca a Jesucristo en un pozo, el pozo de la Samaritana en este pozo esta Jesús muerto de sed y le pide a la mujer Samaritana que viene a sacar agua del pozo que le dé de beber, y a través de este dialogo Jesús le ofrece a la mujer un agua diferente, el agua de vida eterna, pero también Jesús se dio cuenta que el corazón de esta mujer tiene una realidad muy difícil, es una mujer que lleva una vida desordenada, una vida sin responsabilidad porque ha tenido cinco maridos y con el que estaba viviendo ahora no era su marido por lo tanto tenía una vida moralmente desordenada, no era capaz de tener un hogar una familia estable sino que estaba buscando el amor equivocado en uno y otro. Jesús detecta esta realidad e introduce el mensaje del evangelio al corazón de esta mujer y la mujer regresa a su pueblo completamente renovada, fortalecida, con una idea “he conocido a una persona importante que es Jesús el Mesías y me ha dicho lo que yo tengo que cambiar” y la mujer samaritana con la palabra de Jesús empezó una nueva vida, posiblemente se unió a su esposo formó una familia y arregló su vida a partir de la palabra de Jesús. El pozo fue lugar del encuentro entre Jesús y esta mujer.
Yo los invito hermanos y especialmente a ti querida familia cristiana de poner tu mirada en tu familia, en tu hogar. La primera semana decíamos trata de que tu familia no sea un desierto donde este el demonio tentando, evítalo, trata que sea un Monte Tabor un lugar de encuentro con Dios, donde Dios ilumina con su luz y te da la paz, la armonía, la felicidad, la compresión familiar, que tu familia sea un Tabor como lo hemos reflexionado en la segunda semana y ahora en esta tercera semana has de tu familia el pozo del encuentro de Jesús con la Samaritana, el pozo en donde se bebe el agua, Jesús es el agua de vida eterna, tu familia puede ser que también este pasando sed de amor, sed de compresión, sed de relaciones fraternas de relaciones de esposos y de relaciones con los hijos, Jesús también capta esa sed que tiene y él viene a traerte la verdadera agua que tú necesitas, el agua de su amor, de su comprensión y de su paz. Por eso has de tu casa un lugar para poder beber la verdadera agua, que tus hijos no tengan sed de amor, no tengan sed de compresión. Tu querido papá o mamá dale el tiempo de escucharlo, comunícale tu amor, cuantas veces a tus hijos los has abrazado, cuantas veces le has dicho que los quieres, cuantas veces les has dicho” tú eres un valor grande para nosotros”, cuantas veces esposo has abrazado a tu esposa cada mañana, le has dado un beso y le has dicho “te quiero mucho”, todo eso es importante es el agua que le da vida a tu familia. No descuides, lo que decía el Papa Francisco a las familias, cada mañana aprende a saludar, aprende a decir “gracias”, aprende a decir “por favor” son palabras que generan vida y esa vida se consigue casualmente con el agua de Jesucristo.
Que tu familia sea ese pozo lleno de agua de vida, y que nadie tenga sed, ni el esposo tenga sed del amor de la esposa, ni la esposa tenga sed del amor del esposo y los padres no tengan sed del amor de los hijos y los hijos de sus padres. Entre ellos y cada uno de la familia tienen que dar el agua del amor de Jesús para que no haya esta sed. Entonces hermano y hermana esta semana reflexiona, si en tu familia hay sed, y si hay sed llévale el agua de Jesucristo, del amor de Jesucristo, que perdonen, se reconcilien y vivan unidos en la alegría de la familia, tu hogar debe ser como el pozo de Jacob, donde Jesucristo se encuentre con cada uno de ustedes. Que su bendición les acompañe en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
La Palabra de Dios este domingo nos coloca a Jesucristo en un pozo, el pozo de la Samaritana en este pozo esta Jesús muerto de sed y le pide a la mujer Samaritana que viene a sacar agua del pozo que le dé de beber, y a través de este dialogo Jesús le ofrece a la mujer un agua diferente, el agua de vida eterna, pero también Jesús se dio cuenta que el corazón de esta mujer tiene una realidad muy difícil, es una mujer que lleva una vida desordenada, una vida sin responsabilidad porque ha tenido cinco maridos y con el que estaba viviendo ahora no era su marido por lo tanto tenía una vida moralmente desordenada, no era capaz de tener un hogar una familia estable sino que estaba buscando el amor equivocado en uno y otro. Jesús detecta esta realidad e introduce el mensaje del evangelio al corazón de esta mujer y la mujer regresa a su pueblo completamente renovada, fortalecida, con una idea “he conocido a una persona importante que es Jesús el Mesías y me ha dicho lo que yo tengo que cambiar” y la mujer samaritana con la palabra de Jesús empezó una nueva vida, posiblemente se unió a su esposo formó una familia y arregló su vida a partir de la palabra de Jesús. El pozo fue lugar del encuentro entre Jesús y esta mujer.
Yo los invito hermanos y especialmente a ti querida familia cristiana de poner tu mirada en tu familia, en tu hogar. La primera semana decíamos trata de que tu familia no sea un desierto donde este el demonio tentando, evítalo, trata que sea un Monte Tabor un lugar de encuentro con Dios, donde Dios ilumina con su luz y te da la paz, la armonía, la felicidad, la compresión familiar, que tu familia sea un Tabor como lo hemos reflexionado en la segunda semana y ahora en esta tercera semana has de tu familia el pozo del encuentro de Jesús con la Samaritana, el pozo en donde se bebe el agua, Jesús es el agua de vida eterna, tu familia puede ser que también este pasando sed de amor, sed de compresión, sed de relaciones fraternas de relaciones de esposos y de relaciones con los hijos, Jesús también capta esa sed que tiene y él viene a traerte la verdadera agua que tú necesitas, el agua de su amor, de su comprensión y de su paz. Por eso has de tu casa un lugar para poder beber la verdadera agua, que tus hijos no tengan sed de amor, no tengan sed de compresión. Tu querido papá o mamá dale el tiempo de escucharlo, comunícale tu amor, cuantas veces a tus hijos los has abrazado, cuantas veces le has dicho que los quieres, cuantas veces les has dicho” tú eres un valor grande para nosotros”, cuantas veces esposo has abrazado a tu esposa cada mañana, le has dado un beso y le has dicho “te quiero mucho”, todo eso es importante es el agua que le da vida a tu familia. No descuides, lo que decía el Papa Francisco a las familias, cada mañana aprende a saludar, aprende a decir “gracias”, aprende a decir “por favor” son palabras que generan vida y esa vida se consigue casualmente con el agua de Jesucristo.
Que tu familia sea ese pozo lleno de agua de vida, y que nadie tenga sed, ni el esposo tenga sed del amor de la esposa, ni la esposa tenga sed del amor del esposo y los padres no tengan sed del amor de los hijos y los hijos de sus padres. Entre ellos y cada uno de la familia tienen que dar el agua del amor de Jesús para que no haya esta sed. Entonces hermano y hermana esta semana reflexiona, si en tu familia hay sed, y si hay sed llévale el agua de Jesucristo, del amor de Jesucristo, que perdonen, se reconcilien y vivan unidos en la alegría de la familia, tu hogar debe ser como el pozo de Jacob, donde Jesucristo se encuentre con cada uno de ustedes. Que su bendición les acompañe en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
+ Richard Daniel Alarcón Urrutia
Arzobispo Metropolitano del Cusco
Arzobispo Metropolitano del Cusco