PALABRAS DEL PASTOR

Palabras del Pastor - Mons. Richard Daniel Alarcón - V Domingo de Pascua

8 Mayo,2020

“Que el espíritu de Jesús resucitado reine siempre en vuestros corazones”, quisiera en primer lugar aprovechar esta oportunidad para hacerle llegar a cada una de nuestras queridas madres, una bendición muy especial de Dios nuestro Señor en este Día de la Madre.

Estamos seguros que este año no va a ser igual y nos solidarizamos con la forma en la que van a pasar su día nuestras queridas madres, que normalmente lo pasan en torno a sus hijos, en torno a una fiesta y a un compartir, porque todos somos y hemos sido hijos y hemos celebrado a nuestras mamás en el Día de la Madre, pero por esta coyuntura actual, tendrán una manera muy distinta de celebrar, de repente muchas mamás no podrán ser visitadas por sus hijos y sus nietos, no habrá fiesta, querídas mamás sepan ustedes que no están solas, que pedimos a Dios por Uds., en primer lugar, para que les dé salud y les dé fortaleza en estos momentos difíciles, ustedes más que nadie tienen ese coraje y esa valentía de poder enfrentar en la vida, los retos y los problemas por sus hijos, quizá muchos de sus hijos,  en este día, no podrán verlas, y solo les mandaran sus saludos por una llamada o un mensaje, pero mamás sientanse queridas y amadas, en primer lugar porque Dios que les concedió ese don y esa vocación de ser madres, es el primero que las cubrirá con su manto y les dará toda las bendiciones que requieren, saludo a todas las mamás que tienen una espada en su corazón porque uno de sus hijos o la familia está sufriendo ahora por culpa de esta enfermedad del COVID-19, que el Señor le dé la fortaleza y la esperanza para que puedan superar este momento y logren conseguir la salud de sus hijos. 

Estamos en el quinto domingo del Tiempo de la Pascua y no olvidemos que la Pascua es un tiempo de alegría y esperanza, Jesús vuelve a reiterar su presencia en medio de nuestra vida y ahora que estamos en este tiempo de pandemia, Jesús está en medio de vuestros hogares y de vuestras familias, Él nos hace un llamado a través de este Evangelio a reforzar nuestra fe, nos dice las palabras tan hermosas que definen quién es Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, dejémonos conducir por Jesús, dejemos que Él acompañe nuestra vida diaria, sintámosle como el mejor amigo y sintamos su mano que nos puede levantar en los momentos más difíciles.
Jesús dice una frase muy importante al final del Evangelio y es importante rescatarla: “el que crea en Mí, hará las mismas obras que Yo hago”, Él es el modelo de la vida cristiana, Jesús nunca hizo daño a nadie, Jesús siempre estuvo atento a servir a todos, Jesús estuvo siempre con la mano dispuesta a ayudar, a levantar al caído, inclusive las personas que eran criticadas, juzgadas, condenadas, para Jesús siempre había una oportunidad, levántate y vuelve a empezar de nuevo, ese es el Jesús de nuestra fe, que nos invita a imitarlo, nosotros como cristianos tenemos que aprender a ser otros Cristos y hacer las mismas obras que hizo Jesús, hacer el bien y esto quisiera también trasladarlo al papel que ocupan los padres de familia frente a sus hijos, una labor educativa y formativa, sus hijos se van tallando en el seno del hogar, para que el día de mañana sean hombres y mujeres de bien, todo va a depender de como vivan, hablen y actúen los padres de familia, los hijos se van formando y educando con ese ejemplo y que bonito sería escuchar del papá y de la mamá: “hijo mío tú tienes que hacer las mismas obras que yo hago”, para que asi el día de mañana lo que han recibido en la familia lo puedan poner en práctica frente a la sociedad.

Queridos hermanos y hermanas, sigamos viviendo y tengamos la esperanza de que vamos a superar este tiempo que estamos viviendo, según lo dispuesto por nuestro gobierno hoy debió concluir esta cuarta quincena de aislamiento social, pero miremos el día de mañana con mucha esperanza y estemos donde nos toque poner nuestro granito de arena para reconstruir nuestra sociedad, que como en una guerra ha quedado devastada, y ha devastado a muchos hogares y a muchas situaciones humanas.

Queridas familias, que este Día de la Madre, lo vivamos con mucha alegría, amor y cariño hacia nuestras madres, pero también que sea motivo de esperanza, para el día de mañana continuar luchando para vencer este mal, y así podamos reconstruir nuestra sociedad a través de una vida digna y de un trabajo digno.

Que el Señor les colme de muchas bendiciones en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

+ Richard Daniel Alarcón Urrutia
Arzobispo Metropolitano del Cusco.