PALABRAS DEL PASTOR

Palabras del Pastor - Mons. Richard Daniel Alarcón - V Domingo del Tiempo de Cuaresma

27 Marzo,2020

Muy queridos hermanos y hermanas ya casi concluyendo el tiempo de la Cuaresma celebramos con gran alegría esta Eucaristía de esta última semana, preparándonos al misterio de la pasión muerte y resurrección de Jesucristo.

Hemos recorrido todo un camino, un itinerario de la Cuaresma, no olvidemos desde el desierto en donde Jesús es tentado y dónde ha nos enseñado a librarnos de las tentaciones y expulsar al demonio de nuestras vidas, hemos visto a Jesús en el monte Tabor manifestándonos su gloria para ayudarnos a comprender el misterio de su resurrección, para asumir la resurrección hay que asumir la Cruz, hemos visto a Jesús sentado en el pozo de Jacob dialogando con la mujer samaritana arreglan desde su corazón esa vida de familia que ya había desordenado y luego hemos visto a Jesús devolviéndole la vista a un ciego de nacimiento, haciendo una comparación de la luz de la vista con la luz de la fe y ese ciego proclamaba que creía en Jesús y ponia toda su confianza en Él.

Todo este itinerario nos ha ido también ayudando como iluminar la realidad de nuestras familias, estamos en el Año Misionero de la Familia, no olvidemos “Somos Familia Camino de Santidad” y cada texto bíblico del domingo también nos ha ido iluminando la realidad de nuestras familias, y cómo podemos hacer de ella una comunidad de amor, una comunidad de paz, una comunidad donde crezcan y se desarrollen los hijos para que sean el día de mañana hombres de bien y buenos cristianos.

Termina este Tiempo de Cuaresma presentándonos la escena tan maravillosa de la resurrección de Lázaro, Jesús frente a la muerte y cómo con esa Palabra de Dios tan potente manda a Lázaro salir de aquella cueva, donde estaba enterrado y ya tenía varios días, incluso su cuerpo ya olía mal y Jesucristo rehace y vuelve a reconstruir a ese hombre destrozado por la muerte, y le hace salir con una vida nueva y todos se admiran de este milagro tan maravilloso de devolverle la vida a un muerto; Jesús nos quiere también decir a nosotros que Él nos invita ha asumir la verdadera vida y Él nos llama del sepulcro, en el cual estamos todos nosotros inmersos por nuestros pecados, nuestras debilidades, nuestras limitaciones y todo aquello que tenemos internamente y que no nos permite ser felices, que no nos permite sentirnos realizados, porque vamos cargando con nuestras propias debilidades, Jesús quiere que salgamos del sepulcro de nuestro egoísmo para darnos una vida nueva.

Por eso hermano, hermana estamos ya por concluir la Cuaresma mírate a ti mismo, quizás eres como Lázaro enterrado ahí en un sepulcro, Cristo no quiere verte muerto, Jesucristo quiere verte con vida, alegre, entusiasta, optimista, llevando adelante el proyecto del Reino de Dios; que importante concluir la Cuaresma no solamente con el arrepentimiento personal de nuestros pecados, sino como un firme propósito de empezar una vida nueva con Jesús y Él nos va a ofrecer esta vida nueva con su muerte y su resurrección.

Querido hermano y hermana, ¿como enfocamos esto en el misterio de la familia? no hagas de tu familia un sepulcro donde Lázaro está enterrado y muerto, donde ya huele mal, esas familias que no logran vivir en paz, discutiendo todos los días, muchas veces no cumpliendo con responsabilidad sus obligaciones como buen esposo, como buena esposa, como buen padre o unos buenos hijos, cuando falta esta vida de amor, la familia se convierte en un sepulcro y Cristo no quiere que tu familia sea un sepulcro donde convivan muertos, donde huela mal, dónde no hay amor, y entonces nadie quiere estar feliz en esa familia y en esa casa, Jesús viene a decirte: levántate sal de allí, vuelve a la vida, recupera tu alegría tu paz tu amor con la cual inició tu familia, con ese amor de los esposos con el que recibieron al primer hijo o la primera hija, con esa alegría, esa vida no debe de perderse, ese amor no debe disminuir, Cristo quiere traerles la vida nueva renovando su vida familiar, su compromiso matrimonial, su compromiso de amor en la familia.

Por eso termina este tiempo de Cuaresma con esa intención, ahora viene la Semana Santa preparémonos, que Cristo resucitado sea el primer huésped que comparta contigo la alegría de tu vida familiar, estamos pasando momentos difíciles con esta amenaza a nuestro pueblo peruano del coronavirus, no nos desanimemos, sí hemos hecho un gran esfuerzo de hacer una cuarentena nacional, con muchos sacrificios ciertamente, pero hermanos que eso nos traiga la alegría de haber superado este mal y sé que con Cristo todo se puede, hermano hermana que Jesucristo te conceda muchas bendiciones en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

+ Richard Daniel Alarcón Urrutia
Arzobispo Metropolitano del Cusco.